Hace unos años, -no importa cuántos exactamente-, teniendo poco
o ningún dinero en el bolsillo y nada en particular que me
interesara en tierra, pensé en irme a navegar un poco por el mundo.
Me di cuenta de lo importante que es volver a mis
raíces, recordar esos recuerdos de mi infancia.
El pueblo de Acedillo, cuenta una bella
historia a la caída del Antiguo Régimen queda constituida
como ayuntamiento constitucional del mismo nombre en el partido de
Villadiego, región de Castilla la Vieja, que en el Censo de
1842 contaba con 18 hogares y 56 vecinos.
Hasta hace menos de cien años Acedillo contaba con una fragua,
sastre, zapatero, entre otros.
Según las diferentes reseñas históricas Acedillo, todavía en la primera
mitad del siglo XIV, “el pueblo estaba yermo” es decir, que no
existía. Es muy posible que el pueblo se crease como asentamiento
una vez construido el castillo. Actualmente el yacimiento se
localiza sobre la plataforma superior de un gran farallón de calizas
(relieve residual erosionado por los arroyos que conforman la
cabecera del río Bustillo). Esta fortaleza ocupaba un emplazamiento
estratégico desde el que se dominaba en dirección sur el curso alto
del río Bustillo.
Se documentan en la parte más alta del farallón los restos de una
edificación de planta cuadrangular de la que se conserva una parte
del alzado del muro norte y los derrumbes del resto de los muros.
Por el sur y el oeste se puede apreciar una línea de foso a la cual
se documenta un derrumbe perteneciente a otra línea defensiva. Según
referencias históricas en el siglo XIV la torre pertenecía a los
Delgadillo, pasando a los Salazar a finales del siglo XV.
Posteriormente y ya en el siglo XVI la fortaleza debió pertenecer al
alcalde de Burgos, D. Antonio Sarmiento. Se sabe por un informe del
año 1774 que, ya en ese periodo, el castillo estaba sin tejas ni
madera y la mayor parte de él arruinado.
El camino Real Viejo Caracol aprovecha el paso natural que corta la
línea de relieves en la zona de vaguada conformada al Este por El
Perul y al Oeste por La Pinza, ascendiendo hasta el borde del
páramo. Es un tramo de unos 550 m, con recorrido de pendientes
pronunciadas y perfil sinuoso.
Presenta suelo de cantos de caliza de gran tamaño con un drenaje de
piedras colocadas en forma de cuña en la zona de cuesta más
pronunciada. A unos 150 m en dirección a la confluencia con el
camino de Acedillo a Quintanilla de Abarca se conserva un paso sobre
un arroyo que cruza el camino, realizado con sillares de caliza a
ambos lados que sirven de base a grandes losas planas de caliza.
Abásolo lo identifica con una vieja ruta medieval que sigue el curso
de Urbel.
s un modo que tengo de echar fuera la melancolía. onado por los arroyos que conforman la cabecera del río
Bustillo).
Esta fortaleza ocupaba un emplazamiento
estratégico desde el que se dominaba en dirección sur el curso alto
del río Bustillo.